NO TRATES DE ENTENDERLO

Después de la última inmersión en los infiernos cotidianos
que tiene el azúcar sobre las estanterías de la cocina,
después del panorama comic mítico y todo el dinero que te debo,
está la ciudad como un ente errante y subjetivo.
Después,
cuando todo haya terminado, sal por la misma puerta que entrantes,
cierra con la misma llave
y no mires atrás compañero,
aquí se quedaran los mejores recuerdos que tuvo en su vida el plástico.
No trates de comprenderlo porque no tiene sentido
no trates de pensar en esto que no entiendes
y no huyas de tus propias definiciones porque
no hay pena que no limpie el alma al salir
como no hay dios que no tenga un plan ni un pero
ni una capillita debajo donde recoger las migas que le deja el mundo al diablo.
El consuelo no está en saberse las repuestas, el consuelo es la respuesta, las preguntas adecuadas te llegaran como la alquimia a las horas muertas.
El final solo es un presente más en el que te sientas
y únicamente te sientes importante porque te sientes tú,
y entonces miras y lo tocas todo y piensas como ahora en este presente
no menos importante en el que ya solo quedamos tu doble y mi sombra.
Así que recoge tus sentimientos y disfruta de tu cuerpo;
La ciudad está llena de vapor de agua y de aluminio
y entre los espacios que quedan entre los edificios y las puertas,
en hueco que dejan los asientos y la carrocería de los coches,
se queman corazones y estallan contra los escaparates
nuestras mejores sensaciones.
Pero somos muchos,
demasiados para ser tantos.
Mucha gente que ha muerto esperando su momento,
muchas mentes en sintonía con la realidad,
Mucho sentimiento suelto, mucho más de lo que podríamos imaginar.
Está la mujer del fatuo, el marido de la equilibrista, mirando a través del cristal que piensa, en la casa que piensa, con los muebles que piensan.
Y hay un murmullo constante
y un olor a neurona tostada rondando el vació
en el espacio de tu habitación.
La equilibrista anda sobre el filo de la araña y no lo sabe y piensa
y de vez en cuando abre la ventana.
Ya no solo los egoístas no respetan las reglas, algo en el viejo tablero va a cambiar.
Te he dicho, alguna vez
que tienes una bonita voz.